¿Cómo puedes beneficiarte de la cocina al vacío?
La cocina al vacío y a baja temperatura es una cocción lenta, donde tiene lugar un proceso de pasteurización dentro de la bolsa del producto y donde ningún plástico ni material tiene migración en el alimento. Todo este proceso te aporta múltiples beneficios de una cocina saludable, práctica, sana y rápida, fácil de manipular y comer. Te explicamos como aplicarlo en tu oferta gastronómica.
La buena alimentación saludable cada vez toman más protagonismo en las cocinas, especialmente en la restauración de prestigio. La consciencia de una mejor calidad de vida se extiende cada vez más, vinculándose a una alimentación equilibrada que, a la vez, potencia una gastronomía más gourmet en todos los aspectos. Y ya no hablamos de la calidad en si de los productos o de su origen, que también, sino de aquellos que cada vez tienen más cuidado de los procesos, de los que ya no trabajan con añadidos artificiales de ningún tipo y de los que acaban dando el principal valor a las propiedades de los ingredientes, lo más naturales posible.
Una de las técnicas que mejor cumplen con todos los parámetros es la cocina al vacío y a baja temperatura. Se trata de una cocción lenta, donde hay un proceso de pasteurización dentro de la bolsa y donde ningún plástico ni material del packaging tiene migración al alimento. Este proceso, permite buscar un resultado mucho más cuidadoso y exigente cuanto a textura y sabor, potenciando así todos los matices que desprende el producto a la hora de cocinarlo. Además, los ingredientes, que acostumbran a ser productos primarios nacionales para mantener esta proximidad del territorio, son óptimos para este tipo de cocina y su conservación posterior.
Una vez cocinados es cuando llegan envasados a tu cocina y donde pueden te pueden aportar múltiples soluciones gastronómicas para compartir con tus clientes. Por un lado, en ser un producto acabado y ya cocinado, te ayuda a ahorrar tiempo en la cocina sin dejar de potenciar un producto saludable, práctico y rápido. Además, si tu quieres añadir tu toque personal, también pueden funcionar como base para complementar con otros sabores en la preparación de las recetas.
Este tipo de producto tiene una merma mínima, es muy fácil de preparar y conserva el sabor en perfecto estado. Su conservación y manipulación es muy práctica, ya que lo puedes servir en raciones según formato grande o más pequeño. En el caso del formato grande, podrás hacer el escandallo por raciones, teniendo en cuenta que esta merma mínima te ayudará a ajustar mucho mejor cantidad-precio. En los formatos pequeños, podrás gestionar mucho mejor tu stock y controlar así la rotación del producto.
Si hablamos del producto en si más en concreto, nos gustaría nombrar las patatas o verduras, como guisantes, judías o incluso escalivada, ya que con este tipo de cocción y de cocina, se obtiene un producto con una textura ideal. Las patatas, por ejemplo, son de la variedad Monalisa, una de las mejores para cocina, muy suave y que aporta un % de agua menor que el resto de variedades. En el caso de la escalivada o de un buen rústico de verduras, el proceso que sigue es la cocción, el horno y la cocina dentro de la bolsa y eso hace que durante todo el proceso se conserven totalmente las propiedades y matices de los ingredientes.
Descubre tu mismo/a el gran potencial de los productos de 5a gama, cocinada al vacío y a baja temperatura, con un proceso que te facilitará el trabajo sin disminuir la exigencia de tu oferta ;)